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CON EL ALMA AZUL: UNA APROXIMACIÓN A RUBÉN DARÍO

El escritor nicaragüense Rubén Darío, a sus 21 años expresa y aplica su conocimiento sobre la estética de la armonía en una de sus obras más conocidas, Azul… en su estadía dentro de la ciudad de Chile, Valparaiso.

 

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Rubén Darío

Rubén Darío nos transmite una experiencia oscura que se compone en su mayoría, por cuentos delirantes y armonía en sus poemas. Con Azul, el suspenso que lideraría una etapa adolescente ante la inconformidad de Cuentos en prosa y en cada verso dentro de Año lírico. En Azul la belleza no solo se plasma en lo estético sino también en lo inexplicado. Si bien uno se puede dejar llevar por el hilo erótico de Rubén Darío, este también te sucumbe en un pensamiento profundo de muertes y ausencias, que dejaran a los personajes principales afectados.

Como olvidar aquel pequeño libro, con una edición que representa el azul emergiendo en cada poema, un cambio esperado con cada lectura.  Azul describe a una libertad  y armonía de un modo paradisíaco.

Con “Mes de rosas. Van mis rimas” inicia El año lírico en “Primaveral” que representa un año periódico. Las palabras que componen los versos representan a una naturaleza como a un espacio espiritual debido a la semejanza que se le  da, cito “Amada, ven. El gran bosque es nuestro templo” localizándolo como un espacio sagrado bordeado de pura armonía, vemos a ruiseñores revolotear sus alas, el sonido vibrante de las abejas junto al aroma de las hierbas que le dan cierto aire sagrado. La aparición de personajes de la mitología griega también es uno de sus recursos, cito.

“No quiero el vino de Naxos

ni el el ánfora de esas bellas,

ni la copa donde Cipria

al gallardo Adonis ruega.

Quiero beber el amor

sólo en tu boca bermeja.

¡Oh amada mía! Es el dulce

tiempo de la primavera.”

Naxos, nos recuerda la isla en la que Ariadna fue abandonada por Teseo, dentro de la mitología griega. Cipria también conocida como Afrodita es la amante de Adonis. Tanto el vino, como la copa no se comparan a lo que es la boca rojiza de la amada del yo lirico, una boca primaveral.

Por segundo tenemos a Cuentos en prosa que también usa un ambiente exótico e irreal, por ser paradisiaco con algunos rasgos impresionistas. El cuento que voy a tratar es en esencia un cambio inesperado en contraste con lo que vino a ser El año lirico. “El pájaro azul” es una creación basada en la tristeza y en la locura normalizada. Rubén Darío establece el color azul en el cuento, como una fuente de inspiración que no solo recae en el ave dentro de su cabeza, sino también en su entorno.

 

El impresionismo que prefiere Rubén Darío en el cuento es,  cito “veía pasar indiferentes los lujosos carruajes, los elegantes, las hermosas mujeres.” Resaltando al objeto y a su cualidad, un ejemplo de ello, es también realzar la importancia de un pájaro azul, a las campánulas azuladas, a la piedra zafiro y a  los ojos de Nini, la vecina de la que está enamorado Garcín

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El personaje principal tiene dentro de su cabeza un pájaro azul  que a la vista parece darle un aspecto de irracionalidad. La conducta de Garcín había cambiado, lidiando con el pájaro azul, hasta que sufre la muerte de Niní, en pleno comienzo de primavera la pierde. Y es así como pierde la esperanza de lidiar con el ave dentro de su cráneo, para dejarlo en libertad, con la única solución que sería la muerte. Rubén Darío presenta el inicio de un fin, al tomar la primavera como el  fin de la vida, pero el comienzo de la creación y la libertad de un artista, en este caso el poeta.

Si bien el azul representa el modernismo por el significado que la da Rubén Darío, cito “El color del ensueño, el color del arte, un color helénico y homérico, color oceánico y del firmamento”. Representa el modernismo más por la correspondencia que tiene para con sus alrededores. En este caso al emplear o relacionar el color con la imagen visual de sus poemas y cuentos, no solo en los paisajes, sino también dentro de la vida cotidiana de los personajes que lo asimilan bien con la tensión, placer, libertad o amor.

Rubén Darío basa el movimiento modernista en renovar el lenguaje y la métrica para recrear imágenes visuales que para el crítico juicio, son bellas. Trasladar al lector  a un afrancesamiento tan pronunciado y evidente en la formación del movimiento modernista. Darío encuentra en el movimiento una actitud intelectual ante el tratamiento de la lengua, lo que lo hace una tendencia, una corriente literaria basada en el gusto estético de la literatura, el placer estructural y la diversidad.

 

Un estilo fundamentado en las creaciones y en el ritmo como ideales,  los cuales quedan ligado el tema armonioso. Los rasgos esenciales que caracteriza en su obra son las correspondencias entre la vida íntima del poeta (artista) y el mundo de los objetos, la libertad creadora ante una intimidad individual, la cual se opone a la tristeza, nostalgia y alegría, la evasión del mundo material (elevación), el gusto por la extravagancia, lo extraño, lo bello, lo vulgar, la elegancia, el color; el culto de la forma y la prioridad por la misma.

 

Finalmente podemos señalar con firmeza que son parte de las retenciones o intencionalidad del autor al componer su obra, la búsqueda de la exquisitez, el amor y de lo novedoso, y de la musicalidad; la fuerza de la sugestión; el cosmopolitismo y el gusto por el verso libre y la prosa poética.

Artículo: Carolay Villaverde

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Fuentes:

-Darío, Rubén. Poesía. (1999) Editorial planeta.

-Hernandez, David. Civilización griega. (2014) Alianza Editorial.

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Música de la página:

Richard Clayderman, "Balada para Adelina" from "Piano et orchestre" (1978)

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