
V.
La muerte en Macario y ¡Diles que no me maten! de Juan Rulfo

Los cuentos "Macario" y "¡Diles que no me maten!" del escritor mexicano Juan Rulfo, fueron publicados en el libro "El llano en llamas" en 1953.En dichos dos cuentos, se tiene como rasgo en común el tema de la muerte.
En cuanto al cuento Macario, este está cargado del sentimiento de culpa por parte de su protagonista. Se tiene un gran miedo a lo que sucederá después de la muerte, creyendo que por ciertas acciones del personaje, en las cuales, por ejemplo, está el dañarse a sí mismo, este terminará en la condenación del infierno. Sobre lo mencionado, Hernández (2004) dice:
Fuente: Casa del Libro
La muerte es esa imagen acechante y obsesiva que merodea los contornos del hombre, es ese círculo vicioso a que se resume la existencia humana: nacer y morir o, mejor dicho, nacer para morir. Aquí vemos la concepción de la muerte fundada como un estadio que prolonga la vida y no como un fin natural de ésta. (p.170)
Con lo expuesto, se observa en el cuento que el personaje de Macario a lo que le tiene miedo, en realidad, es al sufrir después de morir, creyendo que existe un infierno y en el que padecerá eternamente .De este modo, dicho personaje no ve la muerte como el fin de todo, como un descanso eterno, en el que no hay nada, sino significa padecimiento.
Por otro lado, la muerte, también, significa para Macario, si es que se libraría del infierno en el que él cree, el por fin encontrarse con sus padres, al creer que existe, asimismo, un purgatorio. Es así que la muerte, además, podría significar algo bueno para Macario. De lo antes dicho, el autor antes mencionado, Hernández (2004) afirma:
Macario se encuentra alejado de toda fuerza protectora, sus padres están en el purgatorio y él en la más completa orfandad, contando sólo con la ayuda de la madrina y Felipa. Este abandono, esa orfandad a la que está expuesto lo llevan al mundo de la soledad, originando una eterna búsqueda que puede relacionarse de diversas maneras o formas: Macario enfoca todas sus acciones en torno a evitar la condenación para poder encontrarse con sus padres en el purgatorio, es la búsqueda del amparo y protección paternal ante el mundo hostil que lo rodea. (p.171)
Sobre el segundo cuento ¡Diles que no me maten! , en este texto no se teme a lo que vendrá después de la muerte del personaje principal, que es Juvencio Nava, sino a la muerte en sí. El personaje de Juvencio desea vivir sobre todas las cosas, no le importa, incluso, causarle la muerte a su hijo Justino al pedirle que vaya a rogar que no lo maten, pues Justino cree que al revelarse que es hijo de él, lo podrían terminar fusilando, también, como está ordenado hacer con su padre. Sobre esto, González y Morales (2007) manifiestan:
Para conservar la vida es capaz de todo y, como hemos dicho, no le importa lo que le suceda a su familia si él puede seguir viviendo. Y así, en sus palabras, podemos ver cierto rasgo que no casa con su psicología, casi como una artimaña para convencer al hijo, recurriendo ahora a una última treta que también es su última esperanza:
¿Por qué habla Juvencio de la “Providencia”? El retrato que sus palabras, sus acciones y deseos han ido conformando de él, no resulta el de una persona que crea en Dios. Si Dios no le ha perdonado a él, porque al final recibe su castigo, después de una larga vida de penas

Fuente: Un libro al día
y de purgación, ¿cómo va a salvar a sus nietos? Para Juvencio los pecados se pagan sufriendo en la tierra, y no con la muerte cristiana.(pp.45-46)
De este modo, con lo citado, se puede ver el egoísmo de Juvencio al arriesgar a que puedan asesinar a su hijo. Al mencionarle que la Providencia será quien se encargará de cuidar a los hijos y mujer de él ,su hijo Justino, si es que lo matan, más que fe religiosa parece solo una forma de convencerlo para que vaya a pedir por su padre y este conserve la vida.
Esta orden, de matarlo, se debe a que asesinó, hace muchísimos años, al personaje de Don Lupe puesto que este último mató a un novillo de Juvencio, a causa de que no quería que sus animales entraran a su terreno a comer pasto y al notar que Juvencio los hacía pasar a su tierra para que se alimenten (ya que los pobres animales estaban famélicos), cuando ya le había advertido que no lo haga, terminó Don Lupe por matar al animal. Por ello, Juvencio asesinó a Don Lupe, este último es el padre del coronel que pide su ejecución. Así pues, Juvencio cree que ya pagó lo que hizo al vivir estando escondido por 40 años y no se siente ya culpable ,cree haber pagado en vida lo que hizo y desea solo vivir bien los últimos años que le quedan. De este modo, los autores ya mencionados, González y Morales (2007) señalan:
Durante los cuarenta años que lleva huyendo, Juvencio nunca dejó de luchar contra la muerte que lo perseguía; aún ahora, en su viaje al “matadero” conserva una mínima esperanza, expresada en ese adverbio “casi”. Juvencio huye de la muerte porque, para él, la única salvación está en la tierra, no hay un más allá redentor.(pp.44-45)
Otro personaje importante es el coronel, hijo de Don Lupe, aunque no aparezca físicamente en el cuento, lo conocemos por medio de su voz, en la cual se puede afirmar que la muerte, de su padre, solo se puede pagar con otra muerte: la de Juvencio. Es así que Salgado (2006) menciona:
El culpable viejo pide clemencia, basándose en la edad avanzada y en los muchos años que lleva purgando su crimen en el temor y la huida constantes. El coronel es aquí la representación de la venganza de sangre investida de legalidad, de justicia y de autoridad. El anciano es culpable, pero la autoridad que ejerce la justicia no es objetiva. El fracaso de la petición de clemencia corresponde a la costumbre de la venganza. Así, la palabra pidiendo clemencia es negada por la sordera de la venganza. (p.5)
Si se analizan el origen y el final del cuento, se puede notar que todo se trata sobre la muerte, ya que lo que origina el fatal destino de Juvencio, por lo que ha estado gran parte de su vida escondiéndose, es el haber matado Don Lupe a su animal (su novillo), lo cual tiene como consecuencia el asesinato a manos de Juvencio y, finalmente, el fusilamiento de este último. De este modo, González y Morales (2007) indican lo siguiente:
Don Lupe mata un novillo. ¿Y a quién mata el hijo de don Lupe? A Juvencio, a “otro novillo”. Tenemos así el círculo: la muerte del novillo es el motivo que inicia la acción y que la cierra. Además, Juvencio permanece en un corral amarrado a un horcón, esperando, como los animales en el matadero, hasta el momento de su fusilamiento. (p.45)

Fuente: Isliada
Finalmente, se puede afirmar que los dos personajes principales, de ambos textos, ven el tema de la muerte desde perspectivas opuestas.
Bibliografía:
González Arenas, M. I. y Morales Moreno, J.E. (2007). La salvación imposible o la ilusión de la vida eterna en ¡Diles que no me maten! de Juan Rulfo. Cartaphilus. Revista de investigación y crítica estética, 1,44-54. https://revistas.um.es/cartaphilus/article/view/78/65
Hernández Carmona, L.J. (2004). “Macario”, un mundo posible a través de la inconsciencia. Escritos, Revista del Centro de Ciencias del Lenguaje, (30) ,163-176. http://cmas.siu.buap.mx/portal_pprd/work/sites/escritos/resources/LocalContent/23/1/luisjavierhernandez.pdf
Salgado Martínez, A. (2006). Análisis narratológico de un cuento de Rulfo: ¡Diles que no me maten! . Revista digital I+E "Investigación y Educación”, (27), 1-28. https://is.muni.cz/el/1421/podzim2012/SJIA036/um/8184724/comentario_Rulfo.pdf
Artículo: Elizabeth Villanueva V.
Música de la página: Bonnie Tyler, "Total eclipse of the heart" from "Faster than speed of the night" (1983)
Digitalización y diagramación: Francesca Calderón Arias