
V.
"Ya no tengo la angustia de la creación, de la página en blanco"
Conversamos con la escritora y guinoista Giovanna Pollarolo acerca de su paso por dos artes hermanas, el cine y la literatura.

Foto: Encuentra tu poema
En una entrevista cuentas que en el colegio escribías muy bien cuentos cuando les asignaban un tema en específico, pero que tuviste complicaciones cuando una profesora les dejó hacer uno sobre un tema libre. Dices que aquella vez sentiste la angustia de la creación ¿todavía sientes esa angustia creadora? GP: No, ya no siento eso… Ahora ya no me mandan a escribir textos (risas). Cuando la profesora nos pedía escribir sobre nuestras vacaciones o algún tema en específico, yo feliz; pero cuando teníamos que crear un texto por nuestra cuenta no sabía qué hacer. Pero ahora ya no, ya no tengo la angustia de la creación, de la página en blanco. Será por el paso de los años. Tengo apuntes para muchos proyectos, y lo que me falta es tiempo. Escribo entre clase y clase, cuando logro tener un tiempo libre. En realidad, yo escribo para mí, para calmarme, para elaborar algo que me agobia. No pienso en los lectores, la verdad.
Yo empecé a escribir a ciegas y en soledad, por mi cuenta; leyendo. Tal vez por eso impulsé con tanto entusiasmo la creación del programa de la Maestría de Escritura Creativa en la PUCP; hubiera querido ir a un taller, aprender con otros compañeros, tener profesores, recibir críticas, consejos… Cuando empecé a escribir Entre mujeres solas (1991) no sabía si iba o no por buen camino. Me preguntaba ¿esto es poesía? ¿lo será?
¿A consecuencia de cual momento de tu vida es que te convences de que lo primero que se debe de hacer al momento de adaptar es perder el respeto a la novela y trabajar libremente? GP: Cuando adaptas eres un lector que se apropia del texto y debes tener la necesidad de decir algo sobre lo que has leído. En realidad, todos los lectores nos apropiamos del texto; lo leemos, lo interpretamos desde nuestros intereses, obsesiones, experiencias. Las lecturas cambian. Si leo Ana Karenina (1877) ahora mi experiencia de lectura será diferente a cuando la leí por primera vez. Me gusta leer estudios sobre la recepción de novelas; cómo cambia con el tiempo. Cómo se leyó El Quijote (1605), por ejemplo, en su tiempo; cómo fue cambiando la recepción en el siglo siguiente… Así como cada lector tiene una experiencia de lectura, que suele ser solitaria, la adaptación hace pública la lectura del autor del filme.
¿A qué retos se enfrenta un escritor de literatura cuando decide escribir un guion (adaptación)? GP: Cuando adaptas eres un lector que se apropia de un texto. Surge una pregunta constante, ¿cómo haré la adaptación? ¿Qué me interesa contar de esta novela? Siempre recuerdo la frase de Orson Welles: “¿Si no tengo nada nuevo que decir de una novela, para qué la adapto?" Ese es el principal reto al que te enfrentas cuando adaptas.
Sobre la relación que existe entre literatura y cine, sabemos que rescatas, por ejemplo, a autores como Manuel Puig quien se desarrolló en ambos campos ¿Qué tan importante es Puig para ti como referente? GP: Manuel Puig fue un innovador. Y lo sigue siendo tras más de 50 años de la publicación de sus primeras novelas. Me parece que nadie antes que él, había escrito una novela en la que fuese tan importante el cine como es La traición de Rita Hayworth (1968). El cine corría, para los escritores, por los caminos del divertimento, del espectáculo. Una expresión popular menospreciada por la élite. Y los sectores progresistas, hasta bien avanzados los años 70 lo consideraban “alienante”, sobre todo la producción hollywoodense, que Puig amaba. No es casual que en El beso de la mujer araña (1976), Puig pone a dialogar a un militante de izquierda (Valentín) con un decorador de vidrieras (Molina) consumidor de ese cine. Y lo que muestra es que ese cine “alienante” humaniza, sensibiliza al militante y les permite soportar el encierro.
Por eso pienso que la obra de Puig es revolucionaria, pero desafortunadamente poco reconocida. Fue vista con desdén, no solo porque exploraba en el melodrama y otros géneros “menores”, sino porque Puig era homosexual y en esa época la homofobia estaba totalmente normalizada. Además los escritores del boom buscaban construir la "nueva novela latinoamericana" que, entre otras cosas, debía dar cuenta de la realidad latinoamericana desde la perspectiva de la llamada "novela total".
¿En el caso de No se lo digas a nadie, a qué se debió la decisión de convertir a Joaquín en un personaje que toma la decisión de ocultarse, de ocultar su homosexualidad y de aceptar entrar en el mundo heterosexual, de acuerdo a la norma hegemónica tal cual señalaste en su momento en una entrevista para la Casa de la Literatura, a pesar que en la novela se muestra como una persona camaleónica? GP: Creo que los paratextos de la novela, como la dedicatoria a la esposa, por ejemplo; las declaraciones del autor. La novela de Jaime Bayly fue un “escándalo” en la Lima de los 90 en general y en el medio literario también. Hubo quienes la trataron con desdén: “eso no es literatura”, sea porque “está mal escrita”, o porque fue un éxito editorial. Después de mucho tiempo, ¿tal vez desde La ciudad y los perros (1963) y el escándalo de la quema de libros en el Leoncio Prado? una novela se salía de las secciones usuales dedicadas a la literatura y era comentada en las páginas deportivas y de espectáculos. Durante varias semanas fue un tema en los medios y en las conversaciones. Pienso cómo hubiera sido de haber existido las redes sociales en esos años…
En todo caso, y respondiendo a tu pregunta, Joaquín es el alter ego de Jaime Bayly; el narrador se esmera en dar señales para que lo identifiquemos con el autor real, con Jaime: conductor de televisión, hijo de una familia adinerada, etc. Es decir, se inscribe en la sociedad homofóbica limeña de clase media alta y quizá por eso “regresa al clóset”, de cierta forma, en la película.

Foto: Siete y medio
Y ya que nos referimos a este caso en específico, de una obra literaria llevada al cine, en el caso de las personas que han visto la adaptación antes del libro correspondiente ¿crees que esto afectará la apreciación que el espectador/lector vaya a tener de la trama que se presente en el texto? GP: No solo de la trama. Si nuestra percepción cambia cuando leemos por segunda o tercera vez una novela, la misma novela, imagínate cómo no te va a afectar "ver" la lectura de otro narrada con otros recursos técnicos, otro lenguaje... De allí que sea natural que surjan las consabidas expresiones. Ahí surgen las consabidas “me gustó más la novela”, “la novela es superior”. Lo que me recuerda el viejo chiste que Hitchcok le cuenta a Trauffau en la famosa entrevista: Dos cabras están en un vertedero donde hay libros y películas, "Me gusta más el libro”, dice uno.
Tu último libro “Cine/Literatura. Nuevas aproximaciones a viejas polémicas” junta un grupo de ensayos de diferente autoría los cuales tienen por objetivo cuestionar las teorías existentes acerca de las relaciones entre la expresión audiovisual y la palabra, ¿cuáles fueron las motivaciones para dar vida a este texto? GP: Desde mi experiencia como lectora y espectadora, siempre me ha interesado mucho reflexionar sobre las relaciones entre ambos medios. Se habla mucho, pero se repite casi siempre lo mismo. Como las cabras del chiste, desde una perspectiva solo comparativa y valorativa: ¿te gustó más la novela o la película? Creo que no hay suficientes estudios en el ámbito hispanoamericano no solo sobre las adaptaciones sino sobre las relaciones en general entre ambos medios. Por eso me pareció importante reunir a un conjunto de estudiosos del tema y publicar sus trabajos. Yo escribí el estudio introductorio del texto y para ser honesta, es una de las cosas de las que más orgullosa me siento.
José Carlos Yrigoyen exaltó el artículo de José Carlos Cabrejo (contenido en tu libro) titulado “Corporalidad y surrealismo en ‘Un perro andaluz’ de Luis Buñuel", donde afirma que el autor asume al cuerpo como un campo de batalla ¿crees que esta afirmación es del todo cierta si es que nos remontamos a la agresividad de las imágenes que nos presenta el filme? GP: Sí, sin duda. Un perro andaluz de Buñuel ha sido bastante estudiado y analizado por las potentes imágenes que presenta; tenemos el corte del ojo, al personaje principal empujando un piano con un burro encima (representado la carga que llevan los seres humanos), a los curas (como muestra del yugo y flagelo religioso); hablamos de una fuerte carga simbólica. Pero el artículo de José Carlos Cabrejo se plantea desde la perspectiva de la corporalidad , lo cual constituye un gran aporte, una “nueva aproximación” a un “viejo tema”. Y, justamente, sobre eso trata el libro. Creo que todos los artículos proponen nuevas miradas para aproximarnos a un tema muy, e insuficientemente, trajinado.

Foto: Fondo Editorial PUCP
Señalaste en su momento que preferías desarrollar tus textos conociendo a los actores que interpretarán a los personajes, ¿esto se debe a una necesidad de asegurarse de que todo lo escrito va a estar completamente bien representado en la producción cinematográfica o más bien es porque desarrollas un guion que se aplique a las cualidades actorales de cada interprete? GP: Es muy importante tener en tu mente el rostro del actor o actriz que interpretará al personaje que estás desarrollando. Conocer su cuerpo, su voz determina no solo los diálogos sino la trama e incluso el sentido del texto. Una escena cambia radicalmente de signo según sea quien la interpreta. Muchos guiones se arruinan por un mal casting.
Para una entrevista con ViñaLab señalaste que el mejor guion, el perfecto, aun no lo habías escrito. En los últimos años te has dedicado a la narrativa y tu obra poética no se queda atrás. ¿Descartas la posibilidad de volver a escribir otro guion? GP: No, yo nunca descarto nada (risas). Quizá más adelante me anime a escribir un guion, pero en este momento, setiembre 2020, mis ocupaciones e intereses están bastante alejados del mundo guionístico.
¿Cómo te visualizas dentro de cinco años? ¿Crees que para eso habrás profundizado más en el ámbito de la poesía, narrativa o en ambos? GP: No lo sé. Soy mala para las predicciones. Me interesa el presente y hacer bien lo que forma parte de mis empeños. Ahora lo que me interesa es, además de sacar adelante la MEC entre otros proyectos académicos, decidir si publicaré o no un par de libros que tengo guardados porque siento que ya cumplieron su ciclo. Cuando eso pase sé que voy a tener más libertad para pensar en otros proyectos, pero mientras no lo haga no puedo proyectar nada.
Finalmente, tengo aquí 10 palabras para ti. Me gustaría que me digas lo primero que se te viene a la mente al oírlas:
FC: Blanca Varela
GP: Gran poeta y amiga
FC: Italia
GP: Mi abuela, la nonna
FC: Ninón Sevilla
GP: Manuel Piug
FC: Tacna
GP: Nocturna y serena
FC: Tinta Roja
GP: El guion que me encantó escribir
FC: “Boquitas pintadas”
GP: El mundo de la provincia
FC: Literatura y cine
GP: Mis dos pasiones
FC: “Entre mujeres solas”
GP: Dolor, soledad
FC: Manuel Puig
GP: ¡Cuánto me hubiera gustado conocerlo!
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Entrevista: Francesca Calderon Arias
Música de la página: Nina Simone, "Love me or leave me" from "Little Girl Blue" (1958)